Que poco nos justa (a todos) que se nos toque la conciencia,
podremos excusarnos y decir esos o aquellos lo hacen peor, disculparnos
diciendo con esto no hago daño a nadie, pues mira que dice la palabra: Juan 8:34.
Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
El pecado nos afecta a todos. Reconocer que hemos pecado es
difícil, pues se trata de tomar conciencia de que hemos hecho mal al otro, a
uno mismo y a Dios. La Biblia dice: Romanos 3:22-23 “…No hay diferencia,
por cuanto todos pecaron…”
Tomar conciencia de la falta siempre hiere. Espontáneamente
tratamos de cicatrizar la herida minimizando la falta. Pero el pecado no es
sólo una herida hecha a los demás y a nosotros mismos, sino también una ofensa
a Dios y a su amor, pero nos ama tanto que dice la palabra:
1 Juan 4:10. En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su
Hijo en propiciación por nuestros pecados.
Originalmente el verbo «pecar» significa «no dar en el
blanco, El pecado conduce al fracaso. Asique esta es la buena noticia ¿hay
situación desesperada? No, porque Dios, nos Ama tanto que envió a su Hijo para
liberar del pecado a todos los que creen en él. Jesucristo “murió por nuestros
pecados” Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga
vida eterna.
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