LA PACIENCIA DE DIOS
Definición: <La paciencia es un rasgo de personalidad
madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y
adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que
tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que
piensan que a las cosas que no dependan estrictamente de uno hay que darles
tiempo.>
Esta definición describe la paciencia del hombre, la de Dios
no podemos ni imaginarla. Recuerda: Dios es mucho más grande que nosotros, y
nunca vas a entenderlo por completo hasta que lleguemos al cielo. El apóstol
Pablo dijo:” Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”
(1 Corintios 13:12).
Yo personalmente creo que podemos confiar en la bondad de
Dios y poner nuestras vidas en sus manos, no importa lo que está sucediendo a
nuestro alrededor. Dios nos ama, y sabemos que esto es verdad, porque
Jesucristo murió y resucitó para salvarnos y no dudes de esto o despreciaras el plan de Dios, Pablo lo cuestionaba así: (ROMANOS
2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?)
«La paciencia y el tiempo pueden más que la ira y la
fuerza». A veces perdemos la paciencia ante situaciones difíciles, respecto a
un niño, a nuestro cónyuge o a un compañero de trabajo… Por lo que nos ha
traído desgracias. (Esto no quiere Dios para nosotros)
El ¿porque? te lo has preguntado; Pues mira que dice su
palabra: (2 Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.)
Es creer en él, aceptar ser hecho justo ante Dios, (Romanos
3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que
es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe
en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en
su paciencia, los pecados pasados,). NO
MENOSPRECIEMOS LA PACIENCIA DE DIOS.
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