Gracias Dios mío tu eres quien me ha dado vida, hoy tú me
guías y guardas, contigo estoy seguro, en las dificultades tú me sostienes, tu
mano sujeta la mía, enséñame ahora a glorificarte, que mi caminar hable de ti. (Salmo
73:23Sin embargo, yo siempre estoy contigo; tú me has tomado de la mano
derecha. 24 Con tu consejo me guiarás, y después me recibirás en gloria.25 ¿A
quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la
tierra. 26 Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza
de mi corazón y mi porción para siempre.)
Ya no sabría estar sin ti, estuve perdido pero tú me
hallaste, hoy sé que tuyo soy (Salmo 138:8 El SEÑOR cumplirá su propósito en
mí; eterna, oh SEÑOR, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos.)
Que como a hijo me
amas, que distes lo más precioso de ti tu hijo amado por mí. Que nunca más señor me separe de ti (Salmo
23:3 El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su
nombre. 4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno,
porque tú estás conmigo; tú vara y tu callado me infunden aliento.)
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